El niño con el pijama de rayas – John Boyne

Hola humanitos, ¿cómo están? Espero que excelente, yo, para ser sincera, también haha, el día de hoy les traigo la reseña de un libro que quise leer muchísimo y que necesitaba leer.

	Título: El niño con el pijama de rayas
	Autor: John Boyne
	Páginas: 224
	«Hay cosas que sencillamente están ahí, sin molestar a nadie, esperando a que las descubran.”

Tengo que comenzar siendo sincera y comentarles que vi primero la película y leí antes El niño en la cima de la montaña, quiero dejar bien claro esto antes de empezar porque creo que tuve ciertas referencias que me hicieron comparar con lo que ya conocía. Ahora bien, comencemos.

Situar el libro en un ambiente hostil, donde la guerra y la crueldad está latente cada segundo, y contarnos el mundo, manteniendo la inocencia a través de la voz narrativa de un niño, no debe ser tarea sencilla y Boyne consigue envolverte en el mundo de Bruno, de una forma tan única que es difícil soltar el libro, una vez que lo comienzas.

El niño con el pijama de rayas ocurre en la época del holocausto, y nos introduce a el, de la mano de Bruno, un niño de nueve años cuyo padre, un comandante de alto rango en las filas alemanas, ha decidido mudarse, llevando consigo a su familia a Auschwitz y esto, a los ojos de Bruno, es la peor cosa que pudieron haberle hecho, alejarlo de sus amigos para llevarlo a un lugar en medio de la nada, y, realmente, si fue lo peor que pudieron haberle hecho, pero ya hablaré más adelante de ello.

Como todo niño, entiendo que Bruno necesita pasar un proceso de negación / aceptación / adaptación, antes de sumergirse en este nuevo lugar al que lo llevan, lo cual hace que tengamos dos partes de un todo, la adaptación (o resignación) y la vida en Auschwitz,. Aquí debo meter un poco de comparación porque es imposible no hacerlo después de haber visto la película, y es que la primera parte, en la película, es presentada de forma rápida, orgánica y cede tiempo a la parte tierna de la historia, que es la aventura de vivir en Auschwitz, en el libro, literal, nos toma medio libro atravesar por el «berriche» de Bruno por la mudanza, aunque también, se utiliza para dar esbozos, muuuuy ligeros, de lo que realmente sucede y en que lugar se encuentran, a pesar de que nunca se menciona nada de forma explícita, no obstante, siento esta primera mitad algo lenta.

Por otro lado, Bruno se apodera de las páginas, gracias a la aventura de ir a explorar las cercanías de su nuevo hogar, donde conoce al pequeño Shmuel, un niño de rostro enjuto y que desborda tristeza en su expresión, que viste un pijama de rayas y vive al otro lado de la malla. Basta una conversación con él, para descubrir en Shmuel, a su nuevo mejor amigo y, su amistad es tan pura, inocente, vibrante, que es imposible no amarlos… y sufrirlos, porque, al final del día, la guerra sigue y la diferencia entre ellos se hace notar en múltiples y duros momentos, hasta que deciden «jugar» a convertirse en iguales y, tristemente, lo consiguen.

La amistad de Bruno y Shmuel es tan maravillosa, que odio un poco a John por no darme más de ellos, por haber utilizado tantas páginas introductorias o, más bien, por no alargar más detalles sobre ellos, como en la película, que su amistad es prácticamente el pilar de la obra y esta presente durante casi todo el tiempo, esta segunda parte, lastimosamente se me fue muy rápido y creo que esto fue una de las razones por la cual no puedo saborearlo tan bien como me hubiera gustado, pero, es una historia tierna y dolorosa a la vez, que te mueve muchísimas cosas.

En definitiva, creo que es un libro que se debe de leer por todo lo que representa y, si aún están a tiempo, no vean la película primero XD dense tiempo para leer el libro, realmente no les tomará mucho y, creo que podrán disfrutarlo ampliamente.

– CALIFICACIÓN –